La biblioteca
Sáenz de Oiza quiso dotar a la Universidad de una imagen que la identificara con rotundidad. En este sentido, el edificio de la biblioteca, por sus dimensiones, ha conseguido ese objetivo.
La biblioteca es una gran construcción de planta rectangular cubierta con una bóveda de cañón de veinte metros de diámetro. Es el eje desde donde se articula todo el campus.
Sáenz de Oiza la interpreta como un libro, el foco del saber, desde donde se transmite la información, especialmente a los edificios de los departamentos que la rodean, donde se genera la información especializada y técnica. Este funcionamiento de la transmisión de la información en el campus se ha comparado con un microchip.
Aunque el edificio presenta cambios importantes respecto al proyecto original y en estos 25 años los espacios se han ido transformando, la biblioteca se ha mantenido como el edificio emblemático que quería Sáenz de Oiza.